El II Congreso Internacional Humanizar la educación en la era digital, organizado por la Cátedra San Pedro Poveda de la Universidad Pontificia de Salamanca, ha sido un espacio de encuentro y reflexión sobre el papel de la tecnología en la enseñanza. Representantes de distintos centros educativos de la Fundación Educativa Ángeles Galino han participado en ponencias y mesas redondas que han abordado los desafíos actuales en la educación digital. Raquel Osorno, orientadora de Infantil y primer y segundo ciclo de Primaria, y miembro del equipo directivo del colegio Bética Mudarra de Córdoba comparte en esta entrevista sus impresiones tras el evento y las claves que se han destacado para integrar la tecnología en el aula sin perder la esencia humanizadora de la enseñanza.

Fundación Educativa Ángeles Galino: Después de asistir al Congreso, ¿qué aspectos le han parecido más relevantes para la educación en la era digital?

Raquel Osorno: Primero, atrevámonos. Seamos los que demos el primer paso, no esperemos a que los alumnos y alumnas traigan estas tecnologías a clase. Seamos nosotros los que, utilizándolas, creemos espacios formativos para aprender el uso crítico tecnología, así como la valoración de las informaciones y productos que podemos elaborar con ellas. 

En segundo lugar, equilibrio. Creo que es una idea fundamental que nos llevamos todos del congreso, ni vivir solo en el mundo digital, ni rechazarlo de manera radical. En el equilibrio entre ambos mundos está la clave, pero ese equilibrio no se improvisa, hay que pensarlo, programarlo, implementarlo y evaluarlo, una vez llevado a la práctica. 

FEAG: Uno de los grandes desafíos actuales es la humanización de la enseñanza en un entorno digitalizado. ¿Qué enfoques o soluciones se han planteado en el Congreso para lograrlo?

R.O: Como señalábamos en la anterior cuestión, la clave está en el equilibrio. Equilibrio y acompañamiento, con ese estilo educativo cercano, familiar e integral que nos permite personalizar y acercarnos a cada alumno, a cada alumna, desde aquello que necesita, desde sus talentos, desde su realidad concreta. De ese modo estaremos humanizando la educación al estilo de Pedro Poveda. 

 

FEAG: Qué ponencias o intervenciones han resultado más enriquecedoras desde su punto de vista como docente?

R.O: Me ha gustado conocer nuevas herramientas y sus posibles usos en el aula. Son unas herramientas muy potentes para la personalización de la educación y la atención a la diversidad, pueden ser grandes aliados en el diseño universal del aprendizaje. Eso sí, este tipo de ponencias más prácticas se han visto completadas con aquellas que nos han llevado más a la reflexión profunda sobre el uso crítico de las mismas, conociendo, por ejemplo, qué implica su uso a nivel de impacto en la ecología global. Como docentes tenemos que reflexionar estas cuestiones a nivel personal y en equipos, llegando a definir nuestro plan de actuación en cada centro y como red. 

 

FEAG: El papel del educador está en constante evolución. ¿Cómo se ha abordado en el Congreso la figura del docente en los nuevos entornos de aprendizaje? 

R.O: Pienso que fue muy bueno escuchar a profesores en ejercicio que compartieron sus experiencias cotidianas, en mesas redondas y paneles, algunos de estos profesores pertenecientes a los centros de la fundación. Todos constatan cómo las herramientas del mundo digital nos acercan más al modelo de profesor como guía, orientador, que acompaña a cada uno de sus alumnos en su propio proceso de aprendizaje único e irrepetible. 

 

FEAG: La inteligencia artificial ha sido un tema clave en este Congreso. ¿Qué impacto considera que tendrá en la educación en los próximos años?

R.O: La información y la creación de contenidos van a cambiar de manera radical por el impacto de la IA. De alguna manera supondrá un antes y un después como supusieron otras grandes innovaciones que en su momento también fueron cuestionadas y hoy tenemos naturalizadas. Fueron numerosas las referencias a este hecho en el congreso. 

Y ante un impacto así, lo que debemos preguntarnos es cómo vamos a prepararnos. Creo que esta preparación requiere de saberes pedagógicos y técnicos, pero, sobre todo, requiere sobre todo de prepararse humanamente, desde el interior. Se ha hablado en este congreso de cuidado docente y autocuidado. Un cuidado que implica cuidar nuestra vocación, hacerla crecer y florecer, florecer nosotros como personas, para entonces ayudar a otros a florecer. 

 

FEAG: La asistencia de representantes de distintos centros ha permitido un aprendizaje compartido. ¿Qué beneficios aporta este tipo de encuentros a la red de colegios de la Fundación?

R.O: Creo que este tipo de encuentros son muy positivos para la red de centros de la fundación por dos motivos. El primero es el intercambio en sí de experiencias y saberes. Al estar juntos vamos descubriendo qué centros tienen ya experiencias con las distintas herramientas y plataformas que se dan a conocer y así podemos saber a quién recurrir si queremos profundizar en ello. El segundo motivo es la convivencia que se produce no solo durante el congreso, sino también en los momentos más informales, como las comidas. Son momentos en que nos vamos conociendo de otra manera, nos cuidamos mutuamente y se estrechan lazos entre los diferentes equipos. De alguna manera, hay una “estilo” que se transmite por osmosis en estos encuentros entre los profesores más veteranos y los recién llegados. 

 

FEAG: En el congreso se ha tratado el tema de la relaciónn entre tecnología, ética y educación. ¿Se han planteado límites o criterios para su integración en el aula?

R.O: En efecto, nos han dado pistas sobre qué cuestiones tendríamos que reflexionar y llegar a un posicionamiento común en el conjunto de los centros de la fundación. Posicionamiento coherente con nuestro estilo educativo y forma de hacer. Se trata de una reflexión no fácil, requiere tiempo, profundidad, intercambio entre centros y trabajo en equipo. Juntos lo conseguiremos, como nos señala Poveda, en esto también debemos estar “unidos para el bien”. 

 

FEAG: Para finalizar, ¿qué mensaje trasladaría a los docentes y familias que no han podido asistir al Congreso, pero que también se enfrentan a estos retos en su día a día?

R.O: Termino con la misma palabra con la que empecé: atrevámonos. Por supuesto con formación y en equipo, familias y profesorado trabajando juntos, también en estos temas, para ayudar a lo que más nos importa: nuestros alumnos.